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Consejos para que niños y adolescentes duerman mejor

adolescente dormida en una cama

Si tienes niños o adolescentes y en las noches te cuesta mucho llevarlos a dormir, te dejamos algunos consejos para que duerman mejor. 

Tanto los niños como los adolescentes y los adultos necesitan dormir lo suficiente para rendir bien y mantener una buena salud.

Los niños y los jóvenes desde la pubertad hasta los 22 años deben dormir aproximadamente nueve horas al día. Sin embargo, en un mundo ajetreado, lleno de presiones académicas, actividades extraescolares, tiempo con los amigos y tecnología, el tiempo de sueño de calidad suele resentirse.

La falta de sueño puede fomentar la ansiedad y afectar al bienestar. De hecho, el 70% de los adolescentes (ADAA) dicen haber experimentado ansiedad antes de los 22 años.

La falta de sueño no sólo afecta a la salud mental de los jóvenes, sino que también puede repercutir en su salud física. Es muy importante asegurarse de que los niños y adolescentes den prioridad al sueño para tener una vida feliz y saludable.

Respeta los horarios de dormir

No es divertido tener que regañar a tus hijos para que se vayan a la cama a la hora, pero mantener un horario de sueño constante es crucial para prevenir problemas de sueño y evitar la privación crónica del mismo.

En el caso de los niños y los adolescentes más jóvenes, puede ser más fácil imponer una hora estándar para acostarse.

En el caso de los adolescentes, sin embargo, es posible que tenga que esforzarse un poco más. Hable con su hijo sobre la importancia del sueño.

La prevención de problemas como la depresión, la ansiedad y el bajo rendimiento académico son sólo algunas de las razones que podrían obligar a un adolescente a irse a la cama a la hora.

Crea un entorno tranquilo

Las luces bajas y un colchón king size son las mejores opciones para la hora de dormir. Es importante que el dormitorio de tu hijo sea relajante y cómodo.

Mantén la temperatura fresca y dale un tentempié saludable antes de acostarse si tiene demasiada hambre para dormir. Asegúrate de que la habitación esté lo suficientemente oscura y fomenta una actividad poco intensa, como la lectura, antes de acostarse.

Restringe el tiempo que pasan tus hijos en el celular

Para la mayoría de nosotros, nuestras pantallas están causando al menos algunos problemas cuando se trata de dormir lo suficiente.

Las investigaciones demuestran que el exceso de tiempo de pantalla reduce la producción de melatonina, que es una hormona que ayuda a conciliar el sueño.

Separar a los adolescentes de sus teléfonos es muy difícil, pero es importante que tus hijos apaguen sus pantallas una hora antes de acostarse.

Cortar la luz azul de la pantalla les ayudará a dormirse más rápido y a mejorar la calidad de su sueño. Y sí, ¡esto debería ser una regla familiar que todos los adultos también sigan!

Promueve en tu hijo la comida saludable

Mantener un horario significa algo más que fijar una hora de acostarse. También significa mantener las comidas en un horario regular para que los tentempiés nocturnos no interfieran con el sueño. La comida basura llena de azúcar y carbohidratos simples es la peor culpable.

Una de las mejores maneras de reducir el picoteo insano es servir comidas sanas en un horario fijo y mantener la comida basura fuera de casa. Puede que recibas algunas quejas, pero todos dormiréis más tranquilos y os sentiréis mejor.

Enseña buenos hábitos a tus hijos

Establecer expectativas y límites en torno al tiempo de pantalla, la hora de acostarse y el estudio antes de que los niños entren en la adolescencia es extremadamente útil para crear buenos hábitos de sueño.

Conseguir que esos hábitos se establezcan antes de que entren en juego las presiones sociales y académicas de la secundaria y el bachillerato puede marcar realmente la diferencia a la hora de garantizar que sus hijos descansen bien durante su infancia y adolescencia.

Mantenlos activos

Todos necesitamos hacer ejercicio con regularidad para mantenernos sanos. La actividad física no sólo mejora nuestro estado de ánimo y nos ayuda a mantenernos sanos, sino que también puede ayudarnos a relajarnos y a dormir mejor.

Puede que los niños prefieran quedarse dentro y jugar con sus dispositivos, pero es importante mantenerlos activos.

Sesenta minutos al día es una buena base. Hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse no les ayudará a conciliar el sueño, pero alguna actividad extraescolar (¿quizás una sesión de footing o yoga en familia?) puede preparar el terreno para una buena noche de sueño.

 

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